Escrito por:  Gilad Atzmon

 Traducido por:   Manuel Talens

 

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Tiene gracia que algunos de los marxistas más tópicos que andan sueltos por ahí estén tan entusiasmados ante las actuales manifestaciones en «Israel», que estúpidamente interpretan como una prueba del “espíritu revolucionario israelí”. Están convencidos de que ahora que la “clase obrera” se ha levantado, la paz terminará por prevalecer.

El problema es que, al menos por el momento, lo que sucede es exactamente lo contrario de un nuevo despertar de la clase obrera. De hecho, en «Israel» algunos ya están hablando de “manifestaciones inmobiliarias”, pues lo que exigen los manifestantes es una casa en propiedad con las llaves en la mano… y la quieren ya. Lo que estamos viendo en Tel Aviv no se parece en nada a las luchas que tienen lugar en la Plaza Tahrir o en Atenas. Como mucho, las manifestaciones imitan una lucha por la justicia o una protesta socialista, pero las similitudes se terminan ahí.

¿Y por qué quieren ser propietarios de una casa? Porque no pueden alquilarla. ¿Y por qué no pueden alquilarla? Porque el alquiler es muy caro. ¿Y por qué es muy caro? Porque Israel es la encarnación definitiva de una sociedad corrupta, especuladora hasta la médula y capitalista. Ésa es la auténtica historia que nadie nos cuenta. Si el sionismo era un intento de resolver la “cuestión judía”, como tan perspicazmente lo definió Shalid Alam, está claro que ha fracasado, pues lo único que ha hecho es trasladar la “cuestión judía” a un nuevo lugar, Palestina.

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vía TLAXCALA: Los falsos revolucionarios de Israel.