A lo largo de la historia una sociedad sufre avatares de muchos tipos que les hace perder su salud sociocultural, un bien que a los humanos nos es tan necesario como el aire que respiramos.

Los virus que infecta este bien, son tan peligrosos que sus efectos pueden hacer retroceder una sociedad, de manera que la enfermedad empieza a ser piedras en el camino del conocimiento, un elemento esencial en el progreso natural basado en la verdad de las cosas o los hechos.
Ayer 26 de diciembre 2024, me llegó la grabación del vídeo que recibe al visitante del Museo de la Muralla de Santa Eulalia, donde se encuentran los restos de la muralla medieval de Murcia. Escuchando al personaje histórico andalusí dando la bienvenida al visitante con una pinceladas sobre el museo y la historia de la ciudad, me sentí en la obligación de reconocer la buena salud sociocultural que disfruta hoy en día nuestra querida España y sentirnos todos muy agradecidos a cientos de historiadores e investigadores profesionales, que la mayoría de ellos empezaron a primero del siglo veinte y no sin muchas dificultades, a desenterrar la verdad que tantos siglos atrás que los manipuladores, fanáticos e interesados, en definitiva los malos, la quisieron tapar con muchas capas de fabulaciones, leyendas y mentiras.

La narración del personaje andalusí apodado al-Riquti al-Mursi “Abu Bakr Muhammad ibn Ahmad”, nos pone ante una realidad y una salud sociocultural evidente, que nos lleva a felicitar a las personas que pusieron luz sobre tanta oscuridad en el túnel de la historia, y también a felicitarnos por encontrarnos en una época que pondrá fin a los prejuicios incomprensibles tratándose de una parte muy importante de la historia de España, de la península Ibérica, de Europa y del mundo. El periodo andalusí que duró más de ocho siglos, no es patrimonio histórico de los árabes o musulmanes, es sin duda alguna es de España y los españoles, aunque su legado histórico pertenezca a todo el mundo, pero su historia es exclusiva de los habitantes de la península ibérica.

Los arqueólogos murcianos hablan de las personas enterradas en la Maqbara islámica (cementerio) que encontraron recientemente en el subsuelo del museo, hablan de ellos como lo que son en realidad, murcianos y por lo tanto son sus antepasados. Este lenguaje echa por tierra esa leyenda fanática que dice: “vinieron y les hemos echado”.

Otro punto a destacar que el narrador subraya, es la ola civilizadora del Mediterráneo que pasa a toda Europa gracias al hilo conductor de la época andalusí, en todas las facetas socioculturales, científicas, filosóficas, literarias y agrícolas; de esta última los murcianos desde la época romana pasando por la andalusí donde floreció con ciencias y artes, se sienten muy orgullosos de mantenerla viva al día de hoy.

Realmente hay mucho que destacar de estos cinco minutos de narración, pero me quedo con la conclusión que he llegado a ella de la buena salud sociocultural que transmite.

Aprovecho esta reflexión para felicitar a la ciudad de Murcia por sus 1200 años de su fundación en el año que está a la vuelta de la esquina 2025 y, ensalzar la buena perspectiva que el Ayuntamiento y la ciudadanía de Murcia, sin olvidarnos de toda la región, están poniendo en relieve; festejando que en el año 825 el Emir andalusí Abderramán segundo mandó construir una fortaleza sobre una pequeña elevación a orillas del río Segura, que dio paso a la fundación de Madinat Múrsiya (ciudad de Murcia). ¡Enhorabuena!

Abdo Tounsi – 27 de diciembre 2024