Desde la certeza de que estamos en manos de unos ineptos e insensibles para que tomen medidas razonables para proteger las próximas generaciones del desastre climático, quiero expresar mi gran decepción por una cumbre del clima que duró 14 días, con delegaciones de todo el mundo, donde hablaron y hablaron llenando las salas de ecos de voces, que en su choque con las paredes de las salas caían a pedazos.

El fracaso de la Cumbre del Clima de la que se esperaba mucho, ante el reclamo de muchas gargantas, solo podemos atribuirlo a la falta de sentido común, cosa que no me sorprende, porque los políticos nunca la encuentran, sus caminos son paralelos, la ven marchando a su lado pero nunca la toman; parecen dos polos opuestos.

Hoy termina la cumbre con más promesas y aplazamientos. Esta realidad la podemos poner en el saco roto y podemos dar por muerta la esperanza, que las movilizaciones populares pusieron en unos sordos sin intérpretes.

Adiós… adiós, hasta la próxima. Bueno, no te olvides de lo que hemos hablado, en la próxima pedimos que mejoren el menú. Quiero pensar que NO es esta la despedida de muchas delegaciones, saliendo de Madrid. Aunque visto el resultado no queda muy lejos de la realidad de una cumbre que ha defraudado a propios y ajenos.

El comunicado final habla de medidas para la próxima, pues a mí ya no me engañarán más, la próxima ya pueden reunirse donde quieran, o a lo mejor en una isla a punto de hundirse a ver si así se enteran del desastre.

A propósito, me contaron, que cada vez que hablaban de salvar el campo, les salían de las bocas humos verdes, y cada vez que hablaban de salvar los océanos, les salían humos azules. Así les quedó todo, en humo.

En esta cumbre la responsabilidad ni estuvo ni se la esperaba, ya que los gigantes de la contaminación decidieron bloquear. Una oportunidad más se pierde, mientras las voces de millones de personas en todo el mundo pidiendo soluciones, los irresponsables políticos las desoyen a conciencia; esa que no conocen ni en pintura.

Abdo Tounsi