María Landi
Hace pocos días un tema llenó los titulares de los grandes medios en prácticamente todo el mundo: el espionaje de que fueron objeto a través de sus teléfonos celulares cientos de políticos, periodistas, activistas de derechos humanos, sindicalistas y ejecutivos de 50 países, incluido México, por gobiernos que usaron el spyware Pegasus de la empresa israelí NSO Group. Esto fue revelado por el Proyecto Pegasus, un consorcio global formado por más de 80 periodistas y 17 medios de 10 países, coordinado por la ONG francesa Forbidden Stories con apoyo técnico del Laboratorio de Seguridad de Amnistía Internacional. El diario israelí Haaretz señaló que «adonde Netanyahu iba, NGO lo seguía»: cada visita del ex primer ministro a un país autoritario (y la lista es larga) servía para promover los productos israelíes de seguridad, armamento y vigilancia que luego se utilizan para reprimir las luchas populares en esos países.
Según explica La Jornada, los mil números telefónicos identificados hasta ahora incluyen los de más de 600 políticos y funcionarios (jefes de Estado, diplomáticos, ministros y más), 189 periodistas, 65 empresarios y 85 activistas de derechos humanos. Son sólo una parte de una lista de unos 50 mil teléfonos que se supone corresponden a personas de interés de los clientes de NSO. 15 mil de ellos son mexicanos. De hecho, México fue el primer cliente internacional de NSO en 2011, informó el Washington Post, otro miembro del proyecto.
Mensaje del movimiento BDS sobre el espionaje israelí.
María Landi
Hace pocos días un tema llenó los titulares de los grandes medios en prácticamente todo el mundo: el espionaje de que fueron objeto a través de sus teléfonos celulares cientos de políticos, periodistas, activistas de derechos humanos, sindicalistas y ejecutivos de 50 países, incluido México, por gobiernos que usaron el spywarePegasus de la empresa israelí NSO Group. Esto fue revelado por el Proyecto Pegasus, un consorcio global formado por más de 80 periodistas y 17 medios de 10 países, coordinado por la ONG francesa Forbidden Stories con apoyo técnico del Laboratorio de Seguridad de Amnistía Internacional. El diario israelí Haaretz señaló que «adonde Netanyahu iba, NGO lo seguía»: cada visita del ex primer ministro a un país autoritario (y la lista es larga) servía para promover los productos israelíes de seguridad, armamento y vigilancia que luego se utilizan…
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