Ya son seis los palestinos asesinados por el ejército israelí en Beita, la aldea al sureste de Nablus donde la población está protestando semanalmente desde mayo contra la instalación de Evyatar, una nueva colonia ilegal instalada en una colina que pertenece a las familias de Beita. A fines de junio, y debido a la intensidad de las movilizaciones palestinas, los colonos aceptaron un compromiso con el primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Defensa Benny Gantz, por el que abandonarán el lugar, pero las casas permanecerán en su lugar, mientras el gobierno de ocupación ‘estudia la situación legal del terreno’. Si resulta que la colonia puede ser legalizada, los residentes podrán regresar “lo antes posible”. De hecho este es el proceso que suelen seguir todas las colonias que se instalan de manera ilegal y luego son legalizadas por el gobierno, los colonos afirmaron que van a regresar, y antes de retirarse erigieron una enorme estrella de David de hierro y pusieron nombres bíblicos a las callejuelas del asentamiento. El acuerdo estipuló que mientras tanto se establecerá un puesto del ejército en el lugar.

 

Manifestación nocturna con antorchas en Beita contra la colonia Evyatar el 11/6/21 (Oren Ziv).

 “Eligen a una persona para matarla, y así se acaba la protesta”

Gideon Levy

Imad Duikat fue el sexto palestino muerto por disparos de las tropas israelíes durante las recientes protestas contra el nuevo asentamiento colonial Evyatar, y el número 40 asesinado en Cisjordania desde mayo.

Ali es llevado a la sala en brazos del tío Bilal, hermano de su padre. Todos guardan silencio, algunos ojos se llenan de lágrimas al ver al pequeño bebé. Ali aún no tiene dos meses y su padre fue asesinado el viernes pasado por el ejército israelí. Le dispararon una sola bala que impactó en su pecho desde unos cientos de metros de distancia.

Imad Duikat, un simple jornalero, se encontraba entre los cientos de habitantes de la aldea cisjordana de Beita, que cada viernes se reúnen frente a Evyatar, una incipiente colonia ilegal cuyos habitantes lo han abandonado por el momento, pero las viviendas siguen allí, intactas. Los líderes de la aldea insisten en que no descansarán hasta que se retire la última piedra de Evyatar y se devuelva la tierra −que, según dicen, pertenece a Beita y a otras tres aldeas cercanas− a sus propietarios.

Duikat, de 38 años, estaba tomando agua de un vaso desechable en el calor del mediodía cuando le dispararon. El vaso se encuentra ahora en el centro del improvisado monumento conmemorativo −un círculo de piedras− que sus amigos han colocado alrededor de la mancha de sangre seca en el lugar en el que la bala se estrelló contra él. Su hijo pequeño, Ali, y sus cuatro hermanas, no volverán a verlo. El abuelo de Imad, que también se llama Ali, aprieta a su pequeño nieto contra su corazón y le da un beso.

Esta sencilla casa, situada en lo más profundo de Beita, está impregnada de luto. Llegamos allí a principios de esta semana para visitar al padre de Imad, su hermano, sus hijos y otros familiares. Las mujeres en duelo estaban en el primer piso. Un grupo de hombres de la localidad se había reunido para consolarse en una sala del centro del pueblo.

La semana pasada también estuvimos en Beita: para documentar el asesinato del plomero local, Shadi Shurafi, de 41 años y padre de cuatro hijos, a principios de este mes. Le dispararon y mataron una noche, cuando fue a chequear las válvulas principales de agua del pueblo, cerca de la carretera, mientras sostenía una llave inglesa. (El martes de esta semana, la Unidad del Portavoz del ejército israelí nos informó que el cuerpo de Shurafi había sido finalmente devuelto a su familia para su entierro por orden de los políticos israelíes).

Apenas se había secado la tinta del artículo sobre el plomero que apareció en estas páginas el viernes pasado, cuando otro residente de Beita fue asesinado. Duikat es el sexto habitante del pueblo que ha sido asesinado desde el comienzo de las manifestaciones contra Evyatar. Desde mayo, las fuerzas israelíes han matado a un total de 40 palestinos en Cisjordania, la mayoría de los cuales evidentemente no ponían en peligro a nadie.

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Palestina en el corazón

 

Vista aérea de la incipiente colonia Evyatar en la colina Sabih de Beita (Foto: Law for Palestine).


Ya son seis los palestinos asesinados por el ejército israelí en Beita, la aldea al sureste de Nablus donde la población está protestando semanalmente desde mayo contra la instalación de Evyatar, una nueva colonia ilegal instalada en una colina que pertenece a las familias de Beita. A fines de junio, y debido a la intensidad de las movilizaciones palestinas, los colonos aceptaron un compromiso con el primer ministro Naftali Bennett y el ministro de Defensa Benny Gantz, por el que abandonarán el lugar, pero las casas permanecerán en su lugar, mientras el gobierno de ocupación ‘estudia la situación legal del terreno’. Si resulta que la colonia puede ser legalizada, los residentes podrán regresar “lo antes posible”. De hecho este es el proceso que suelen seguir todas las colonias que se instalan de…

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