10 al 15 de septiembre de 1974
Ha tenido lugar en la ciudad de Córdoba el I Congreso Internacional Islamo-Cristiano. El Congreso fue convocado y organizado por la Asociación para la Amistad Islamo-Cristiana (A.I.C.), fundada en Madrid en mayo de 1968, por un grupo de personalidades musulmanas y cristianas. Este acontecimiento ha constituido un paso adelante de suma importancia para las dos religiones y, por el hecho mismo, para las dos culturas y ambas comunidades. Escogimos Córdoba porque ella representa uno de los altos lugares del encuentro de culturas, una ciudad gobernada por la alta ley de la tolerancia, sin fronteras para las hambres profundas, las búsquedas auténticas de todos los hombres que llegaron a ella empujados por la dinámica del espíritu. Todos los caminos de la historia llevaban a Córdoba porque Córdoba tenía la apertura y el respeto como norma. Ahí están, como testigos totales de ese oleaje dialéctico del recibir y del dar que es la cultura, esos cuatro cordobeses universales, tan universales como cordobeses, hechos síntesis viva de ese ecumenismo fecundo del que Córdoba ha sentado cátedra para todos los tiempos y pueblos: el pagano Séneca, el judío Maimónides, el cristiano Osio y el musulmán Averroes. Por eso escogimos a Córdoba, porque su mensaje, viejo de siglos, se hacía santo y seña para los hombres de hoy. Por eso la hemos hecho la ciudad del diálogo, de la comprensión y de la colaboración islamo-cristiana. Tomaron parte en el Congreso las Delegaciones Oficiales siguientes: Arabia Saudí, Argelia, Egipto, Irak, Jordania, Liga de los Estados Árabes, O.L.P., Siria, Túnez, Ministerio de Asuntos Exteriores de España, Conferencia Episcopal de África del Norte y el Consejo Mundial de las Iglesias. La apertura solemne tuvo lugar el día 10, a las 11 horas, en el Salón de los Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos, presidida por el Gobernador Civil de Córdoba, a quien acompañaban el Presidente de la Diputación Provincial, el Alcalde de la Ciudad y los dos co-presidentes del Congreso, uno cristiano ,y otro musulmán. Ocuparon lugares destacados el Dr. Abdelaziz Kamel, Viceprimer ministro y Ministro de Asuntos Religiosos de Egipto, y el Cardenal de Argel, S. E. Léon-Etienne Duval. Después de las palabras de bienvenida del señor Alcalde y del Dr. Gómez Nogales, Presidente de la A.I.C., se leyó un extenso y cordial mensaje del Presidente de la República Árabe de Egipto, Muhammad Anwar Al-Sadat. A continuación tuvo la conferencia inaugural el Dr. Cruz Hernández, que versó sobre «Las condiciones socio-históricas de Al-Andalus en el siglo x y su influencia en la tolerancia del período Omeya», que podemos resumir así: «Si hubo tolerancia fue debido a que hubo comunicación». La parte académica constó de cuatro grandes temas que fueron tratados por igual por eminentes profesores musulmanes y cristianos. TEMAS Primero: «Presentación cristiana del Islam como religión, de manera que los musulmanes pudiesen reconocerse en ella». Fue tratado por tres eminentes profesores cristianos: EI Dr. Mikel de Epalza, español, profesor de la Universidad de Argel (Argelia), Dr. Yoakin Mubárak, libanés, profesor en las universidades de París, Lovaina (Bélgica) y Beirut (Líbano) y el Dr. Albert Barsúm, Ministro de Estado egipcio. Segundo: «Presentación musulmana del Cristianismo como religión, de manera que los cristianos se reconociesen en ella». Expusieron este tema el Dr. Ahmed Bekir, tunecino, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Túnez, el Dr. Abdelaziz Kamel, Viceprimer ministro y Ministro de Asuntos Religiosc^s de Egipto, Dr. Muhammad AI-Mubá- rak, Consejero de la Universidad del Rey Abdelaziz de Arabia Saudí. Tercero: «Implicaciones entre expansión política y religión». Tema éste en el que intervinieron el Dr. Pedro Martínez Montávez, español, catedrático de la Universidad Autónoma de M a d r i d, Dr. Bichara Khader, palestino, del Centro de Investigaciones sobre el Mundo Árabe contemporáneo, Lcda. Carmen Ruiz Bravo-Villasante, del Colegio Universitario de Cuenca, adscrito a la Universidad Autónoma de Madrid, el Dr. Sa’id ‘Abdelfattáh ‘Asúr, de la Universidad de El Cairo, Dr. Abdeljelil Temimi, tunecino, de la Universidad de Túnez, Sr. Sáleh Kakaban, palestino, representante de la O.L.P. en España, Dr. Bernabé López García, español, de la Universidad de Granada, cerrando la sesión el Dr. Abdelaziz Benabdallah, marroquí, Director del Centro permanente de Arabización de Rabat. Cuarto: «Crisis de la Fe y experiencias de su educación en Islam y en Cristianismo^. Tres profesores fueron los encargados de pre- -54-sentar este cuarto tema. El Profesor Francisco Donayre, español, que enseña en Túnez, Monseñor Henri Teissier, argelino, obispo de Orán y el Dr. Antoine Makdissi, sirio, del Ministerio de la Cultura de Siria. A ellos hay que añadir el Dr. Ahmed Shalabi, egipcio, de la Universidad de E1 Cairo, S. E. Anba Samuel, egipcio, Obispo copto de Egipto, señor Uzman Shebboub, argelino, director de la revista Al-Asála y presidente de la Delegación de Argelia, Dr. Habib Belkhodja, tunecino, decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Túnez, y el Profesor Muhammad AI-Mubárak, saudí, Conse,jero de la Universidad del Rey Abdelaziz de Arabia Saudí. Cerrcí esta sesión el Dr. Víctor Escribano Ucelay, español, arquitecto municipal de Córdoba. Dos actos especiales marcaron este Congreso: el histórico acto de la Oración Ritual Musulmana (Salát) en la Mezquita de Córdoba delante del maravilloso Mihráb y en presencia de los congresistas cristianos. La Jutba fue pronunciada por el Excmo. señor Abdelaziz Al-Khayát, ministro jordano de Asuntos Religiosos. Cuando do se recuerda que desde 1236 tal acto no había tenido lugar en esta Mezquita, se mide la dimensión histórica de este acontecimiento. Aunque la importancia del acto residía en su alto valor simbólico, hay que añadir a esto la voluntad de compresión fraterna y de cooperación amical entre las dos grandes comunidades. Nada extraño, pues, el que para tal acto por avión y carretera viniesen a Córdoba centenares de musulmanes a unirse a los congresistas. Igual valor e idéntico sentido tuvo al día siguiente la Eucaristía cristiana celebrada en el coro de la Catedral en presencia de las Autoridades y congresistas musulmanes. Las Conclusiones del Congreso fueron estudiadas en comisión y discutidas en la Asamblea el domingo día 15. Estas abren grandes campos de colaboración entre Oriente y Occidente, entre musulmanes y cristianos. Diversas manifestaciones culturales, uniendo lo útil a lo agradable, interesaron vivamente a los congresistas. Entre ellas cabe destacar las visitas a las ruinas de Medina Azahara y a la Mezquita de Córdoba. En todas se puso de manifiesto la exquisita delicadeza y el alto espíritu hospitalario de las Autoridades cordobesas. Es difícil medir el alcance histórico y humano de este Congreso. Lo que sí es cierto es que todo él se inscribe en una evidentísima dinámica de paz islamo-cristiana con una voluntad eficaz de destruir para siempre la intolerancia y todos los esquemas ideológicos históricos que han dado pie a las luchas islamo-cristianas. Vivimos en el Congreso un estilo nuevo que se llamará en adelante el «Espíritu de Córdoba». Espíritu hecho de apertura, comprensión, diálogo de corazones, colaboración en todas las tareas del espíritu, acercamiento real de los hombres de Oriente y Occidente, encuentro de culturas en el sentido más genuino y total.
Emili0 GALINDO AGUILAR Secretario General del Congreso
Cuadernos para el Diálogo – Madrid, octubre 1974 – número 133 página 44 (572)
I Congreso Islamo-Cristiano 1974 Córdoba
Del 10 al 15 de septiembre 1974, 23 al 28 del mes de Chaaban de 1394 de la hégira, ha tenido lugar en la ciudad de Córdoba un Congreso que ha reunido a representantes espirituales de dos de las más importantes confesiones del mundo –importantes en cuanto a su demografía, su contenido, su dinamismo y su universalismo– bajo los auspicios de la Amistad Islamo-Cristiana.
No es necesario subrayar la utilidad que tienen, para el mejor entendimiento entre los pueblos, todas las aproximaciones culturales y confesionales; máxime si se trata de disipar malentendidos históricos entre dos de las religiones más trascendentales de todos los tiempos; las cuales, además, han venido ignorándose secularmente. Aparte el propósito afirmado de continuar estos contactos y los intercambios de todo tipo, interesa destacar entre todas las recomendaciones aprobadas la que insiste en la necesidad de profundizar los valores religiosos y humanos, «dejando el estudio de las diferencias doctrinales a los especialistas y respetando cada uno el punto de vista del otro».
Ahora bien, el Congreso Islamo-Cristiano de Córdoba no se ha marginado ante situaciones más graves y actuales. Los congresistas reunidos en Córdoba han decidido en el punto décimo de la resolución final: «Apoyar los justos derechos nacionales y humanos del pueblo palestino, considerando como única representación legal de este pueblo a la Organización para la Liberación de Palestina. Afirmar asimismo el carácter árabe de la ciudad de Jerusalén, rechazando todo proyecto de judaización, partición o internacionalización de la ciudad. Condenar asimismo las agresiones que realiza la autoridad de ocupación israelí contra los pueblos y los lugares santos musulmanes y cristianos, especialmente en la mezquita de Al-Aqsa. Exigir también la liberación de todos los detenidos, particularmente los hombres de religión; musulmanes y cristianos. Apoyar el justo combate del pueblo palestino y exigir consecuentemente la liberación de todas las tierras árabes ocupadas.»
