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Al-Karama… La dignidad 1968

 

Entonces era un muchacho de 16 años

 

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La batalla se desarrolló casa por casa

 

Fue el 21 de marzo 1968 día de la madre en el Levante árabe, cuando una división acorazada del ejército sionista, quiso cruzar el río Jordán y castigar (según su jerga de prepotentes) a los milicianos palestinos “Fedayines”, pero el castigo les fue devuelto con una gran derrota y humillación militar, que la prensa y los medios occidentales nunca resaltaron, solo lo hacían como ahora, de las victorias del Estado sionista y más de la entonces reciente victoria obtenida, ocupando el resto de Palestina y otros territorios árabes en 1967.

Para un muchacho de 16 años entonces, me resultó un aliciente para creer en la voluntad de los soldados y los milicianos de devolvernos la dignidad en una batalla, que se desarrolló precisamente en un pueblo llamado Al-Karama “La dignidad”. Fue algo más que una batalla militar, donde 1500 soldados sionistas tuvieron que huir del campo de batalla dejando detrás de ellos, maquinaria militar y a muchos muertos y heridos. En realidad fue una derrota parcial que supo a gloria para toda una nación recién abatida, después de la humillación de la mal llamada guerra de los seis días.

Aquella batalla para mí y para la nación árabe, marcó un antes y un después, en un momento en el que solo se veía el cielo abierto para los ruegos y los caídos, pero nunca para recibir mensajes de esperanzas, tal y como son estos momentos de un mundo árabe derrotado. Entonces respiramos hondo y vimos rayos de esperanza para recuperar Jerusalén y el resto de los territorios recién ocupados.

Al Karama no fue una simple batalla militar, fue un cambio de giro y una proyección hacia mejores tiempos. Pero tal y como dice el refrán “la alegría dura muy poco en la casa del pobre”. Las cosas han ido de mal en peor, después de aquella victoria, de unos soldados recientemente humillados en Cisjordania y los milicianos “Fedayines”, la resistencia recién alumbrada en el seno del pueblo palestino en particular y el árabe en general.

Al Karama, fue una gran esperanza, fue el salto para recuperar la DIGNIDAD, nos enseñó que sí se puede derrotar al ejército sionista, con la voluntad de unidad, llevándola al campo de la acción.