Sionismo: desprecio al pueblo palestino, a los pueblos del mundo, al Derecho Internacional. ¿Por qué el BDS?
Enviada por el autor a TunSol*Ramón Pedregal Casanova.
* Ramón Pedregal Casanova es autor de “Dietario de crisis”, lo encuentras en Libros libres, de rebelion.org; y es autor de “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, edita Fundación Domingo Malagón.
Si Golda Meir, presidenta de Israel, dijo el 15 de Junio de 1969 al Sunday Times: “No existe el pueblo palestino… ellos no existen”, estaba diciendo que los pueblos a los que explotar no existen o no merece la pena que existan. En la historia de esa entidad israelí que hoy representa el sionismo, el odio a los demás fue su nacimiento, mucho antes de Golda Meir, fue su principio, el eje vertebrador por decirse los elegidos de dios, éste último es el motivo religioso, el único elemento que tienen en común, el que los impulsa puesto que no son ni raza ni pueblo, son intérpretes interesados religiosos. Golda Meir manifestaba su deseo, también su odio hacia los demás, también su racismo, con esa expresión de indiferencia.
¿Por qué todos los representantes sionistas hasta Netanyahu han hecho y hacen declaraciones diarias de desprecio, odio, racismo, indiferencia, o falta de empatía hacia el pueblo palestino?, ¿y, quitando cualquier velo, hacia los pueblos del mundo? Los pueblos del mundo somos gentiles, algo así como inferiores, subhumanos, o sin los mismos derechos que ellos, los elegidos, los sionistas, que se atribuyen la palabra y tienen la pistola. Golda Meir fue buena amiga del dictador fascista Franco y su grupo también de elegidos por dios, según ponía en su peseta. Pero si quiere saber más sobre el asunto del que hablamos puede leer: “Sionismo y fascismo. El sionismo en la época de los dictadores”, de Lenni Brener; “La industria del Holocausto”, de Norman Finkelstein; “La expulsión de los palestinos”, de Nu-Marsalha; “Israel-Palestina”, de Alan Gresh; podríamos seguir nombrando, pero ahora es suficiente.
Hace poco un presidente del Consejo Constitucional de Israel ante la pregunta de para cuándo una Constitución israelí, declaraba que ellos no necesitan Constitución puesto que ya tienen la Biblia, y que cualquier ley debe someterse a la Biblia. ¿Fundamentalismo, extremismo religioso? Basar las relaciones entre los seres humanos y entre los pueblos en sus principios bíblicos, religiosos, no es pretender dar al mundo una lección chulesca de medievalismo para declararse por encima de la condición humana? Los partícipes de tal respuesta hablan de supremacía racial, ¿pero de cuantas razas provienen?, según su propio libro son pocos, y con permiso para asesinar, y practican el asesinato, ya lo saben, tal y como hace el ser más depravado: en medio de la noche llegan al exterior de una vivienda palestina, y cuando comprueban que todos sus habitantes duermen rompen los cristales, las ventanas, y tiran dentro de la casa bombas de gasolina, cócteles molotov para que se convierta aquello en una boca inmensa de fuego. El despertar de sus habitantes en gritos de terror, da a los asesinos la alegría suficiente como para escribir en las paredes de la casa palabras de venganza como escribían los nazis en las casas de sus víctimas, o como escriben los mercenarios israelíes en las paredes de las casas de Gaza que han arrasado. No es la destrucción material, es el asesinato constante, y en este caso de un niño palestino de un año y medio, un bebé quemado vivo, Ali-Dawabsheh, más sus padres y su hermano de cuatro años gravemente heridos, el padre también ha fallecido a causa de las quemaduras. Y los asesinos se esconden en medio de la noche. Esa es la superioridad a la que realmente aluden, la del criminal, que además se promete continuar haciendo lo mismo, terrorismo, ocupación de la tierra, las viviendas y los restantes bienes del pueblo expulsado: criminales son los individuos y su aparato protector, el Estado de Israel, indiferentes a la Ley y enemigos de los Tribunales Internacionales.
Y es que el odio sionista se encuentra en su misma raíz; antes de, y ya con, la creación del Estado de Israel las bandas terroristas Stern e Irgun, bajo mando de Menahin Beguin, llevaron a cabo la matanza de Deir Yasin, fue el principio de la Nakba, allí rajaban en canal a las mujeres palestinas embarazadas y les arrancaban los bebés del vientre. Los niños palestinos son uno de sus objetivos.
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Las protestas palestinas por este último crimen sobre el niño Ali Dawabsheh han recibido también el castigo de los autoproclamados elegidos, éstos han vuelto a asesinar a otros dos palestinos que pedían justicia, sólo justicia.
¿Qué razones hay para que los pueblos del mundo debamos soportar esta humillación continua?
Estos seres que se emparentan con el criminal ordinario o en serie, no sienten ni compasión hacia los demás, ni empatía con los asesinados. Su biblia no es ejemplo de humanidad. Ahora bien, si dejamos fuera el mentado libro y centramos la atención en esta clase de seres, lo que vemos es que son gentes violentas, racistas, que juntas destrozan los Derechos Humanos, esas reglas de convivencia y respeto que hemos conseguido como un mínimo internacional los desfavorecidos del mundo. Entre esos Derechos se encuentra el de la vuelta a su tierra de los que han sido desposeídos, el pueblo palestino, por los terroristas, que para certificar su crimen toman como punto de encuentro, centro de organización, el territorio robado, Palestina.
Detrás de ellos, junto a ellos, se encuentran sus cómplices, que así ensayan y aplican fórmulas colonialistas contra la Legalidad Internacional que van llevando poco a poco al resto del mundo, es la manera de hacer más y más profunda la división clasista. Y los dos, los cómplices y los sionistas, ¿o es uno sólo?, hacen de su apropiación por inspiración divina una apropiación por la fuerza.
En la entrada al campo nazi de exterminio, recordarán que los hitlerianos habían escrito: “Vosotros que entráis aquí, perded toda esperanza”, y el mundo no lo ignoró; es lo mismo que Dante Alighieri, en el 3º Canto de la Divina Comedia, nos dice que está escrito en la puerta del infierno, que es el lugar de castigo, según él, para los indiferentes, ese es su fin.
No es el caso del pueblo palestino, su rebelión es producida porque alberga la esperanza del cambio, el pueblo palestino está en rebelión contra esos indiferentes y las injusticias que practican contra uno y contra todos los pueblos. ¿Para qué han trabajado durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI los sionistas-imperialistas?
Todo claro. Combatir al sionismo es combatir por la esperanza, contra la ignorancia despreciativa, es combatir por los gentiles o gentes de condición explotada. Una parte de esa lucha es el Boicot, a los productos israelíes, código de barras 729, mire antes de comprar; la Desinversión, que ninguna empresa ni ningún Estado haga prestaciones al Estado de los elegidos por dios, para eso son precisas las denuncias contra quienes colaboran con Israel ; y, Sanciones, en todos los campos al Estado israelí: éste es BDS.
Ya sabemos de dónde llega a los sionistas el odio al pueblo palestino y a los pueblos del mundo, se dicen los únicos, los elegidos, así quieren su régimen teocrático, lo que los une; y pretenden hacer creer que son una raza, aunque son de cualquier raza. Que su arrogancia, su indiferencia, su inhumanidad, desde los primeros criminales, pasando por Golda Meir y llegando a Netanyahu, los lleve al infierno vencido. Que no puedan decir nunca más que el pueblo palestino no existe. Que no puedan asesinar ni a niños ni a adultos, como lo hicieron desde su principio, pasando por Deir Yasin, la Nakba, y llegando al asesinato del niño Ali Dawabsheh y de su padre, y su madre y su hermanito heridos de gravedad, y los dos asesinados por exigir justicia, que no puedan, que no puedan, que no puedan, después, huir ocultándose en la noche. Que nadie los refugie. Que nadie los excuse. Que nadie sea indiferente. Que no puedan pasar por encima de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional. Que el pueblo palestino regrese a su tierra. La Solidaridad, la protesta contra Israel, el BDS entre otras formas, ha dado la alarma entre los sionistas, luego hay que insistir, vamos hasta el final, andamos por buen camino.