MULTAQA 2017– Encuentro en árabe
Un navío que navega por las aguas de este Mare Nostrum, el Mar Mediterráneo, un mar que a mi juicio es un lago desde el punto de vista por las cercanías socioculturales de sus orillas Norte-Sur. Este arca que acoge a distintas culturas, religiones, sensibilidades socioculturales, zarpó el 1 de junio 2017 con la bandera de la “Concordia Mediterránea”, impulsado por las jornadas de Conferencia Internacional Mediterránea – Multaqa 2017, Valencia-Agrigento 2018, celebradas en Valencia del 1 al 4 de junio 2017, patrocinadas por Unesco-Valencia que preside Don José Manuel Gironés y dirigidas por Don Rafael Monzo.
Todo barco tiene una bandera, este barco tuvo una de gran valor simbólico en un cuenco que de mano en mano llegó desde Palestina a Valencia, donde un orfebre musulmán lo convirtió en una copa, en un Santo Grial. En él se aprecia las influencias culturales de las tres religiones monoteístas. El cuenco es la corona unida a una base de cuenco invertido a través de anilla unida a dos asas que forman un corazón, que rodea un centro de unión universal. Todo un símbolo de unión donde aparece la firma del orfebre en una palabra dando a entender la importancia del objeto, escrita en caligrafía árabe estilo cúfico, la palabra es: Lilzáhira للزاهره “para la floreciente, brillante”. Este mensaje de armonía entre culturas fue recogido y transformado brillantemente en icono para las jornadas por el artista Antonio Camaró. El artista parte desde una línea horizontal, que es la base de un mundo con todas sus sensibilidades culturales, para ir acercando sus dos extremos a un encuentro tangente, en una línea vertical que les atrae como un imán, sin que con ello se choquen, siguiendo el dicho: “juntos pero no revueltos”. El dibujo tiene además un círculo que nos da a entender que el mensaje no es completo sin proyección universal.
Abdo Tounsi presidente de CIHAR junto al director de la Multaqa 2017 Don Rafael Monzo